Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que
Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. (Proverbios 3:5) Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que
El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad